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La rinitis es una inflamación de la mucosa que recubre las fosas nasales, la cual afecta la capacidad de respirar cómodamente por la nariz. Esta condición puede ser aguda, cuando ocurre de forma temporal, o crónica, cuando persiste por un periodo prolongado. Dependiendo de su causa, la rinitis puede clasificarse como alérgica, no alérgica o mixta.
La rinitis se produce por diversos factores, que incluyen reacciones alérgicas a alérgenos como el polvo, el polen o el moho, así como irritantes ambientales como el humo, perfumes o contaminantes. En algunos casos, puede estar relacionada con infecciones virales, como los resfriados, o con cambios hormonales, medicamentos específicos o anomalías estructurales en la nariz. Estas causas desencadenan una respuesta inflamatoria que afecta la funcionalidad de las fosas nasales. Síntomas Tratamiento Rinistis.
El diagnóstico de la rinitis comienza con una historia clínica detallada en la que el médico evalúa los síntomas, su duración, frecuencia y posibles desencadenantes, como exposición a alérgenos, infecciones recientes o irritantes ambientales. Durante el examen físico, se revisan las fosas nasales en busca de signos de inflamación, secreciones o anomalías estructurales, utilizando un rinoscopio o un endoscopio nasal si es necesario. Este examen inicial permite al especialista determinar si la rinitis es alérgica, no alérgica o mixta.
En algunos casos, se realizan pruebas complementarias para confirmar el diagnóstico. Estas pueden incluir pruebas de alergia cutánea o análisis de sangre para identificar sensibilidades a alérgenos específicos en casos de rinitis alérgica. Síntomas Tratamiento Rinistis.
El tratamiento de la rinitis depende de su causa específica. En casos de rinitis alérgica, el manejo incluye evitar los alérgenos desencadenantes, como polvo, polen o moho, y el uso de medicamentos como antihistamínicos orales, descongestionantes o corticosteroides nasales, que ayudan a reducir la inflamación y los síntomas. Para rinitis no alérgica, los descongestionantes tópicos de corta duración o las soluciones salinas pueden ser efectivos, junto con la identificación y eliminación de irritantes ambientales.
En casos más severos o crónicos, el médico puede recomendar tratamientos adicionales, como inmunoterapia (vacunas contra alergias) para rinitis alérgica persistente, o intervenciones quirúrgicas si hay problemas estructurales asociados, como pólipos nasales o desviación del tabique. Un enfoque personalizado que combine medicamentos, modificaciones en el estilo de vida y seguimiento médico es clave para controlar los síntomas.
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