Amigdalitis

Pacientes adultos y pediátricos

¿Qué es la amigdalitis y por qué se produce?

La amigdalitis es una inflamación de las amígdalas, dos estructuras linfáticas ubicadas en la parte posterior de la garganta que forman parte del sistema inmunológico. Su función principal es ayudar a combatir infecciones al filtrar bacterias y virus que ingresan por la boca y la nariz. Cuando estas estructuras se inflaman debido a una infección, se produce amigdalitis, la cual puede ser aguda, recurrente o crónica.

La amigdalitis es causada con mayor frecuencia por infecciones virales, como las provocadas por adenovirus, rinovirus o el virus de Epstein-Barr. También puede ser causada por infecciones bacterianas, siendo el estreptococo betahemolítico del grupo A la bacteria más comúnmente implicada. Estas infecciones se transmiten fácilmente por contacto con personas infectadas a través de gotículas respiratorias, alimentos contaminados o contacto directo. Factores como la exposición a agentes infecciosos y un sistema inmunológico debilitado aumentan el riesgo de desarrollar esta condición. Síntomas Tratamiento Amigdalitis

Síntomas Tratamiento Amigdalitis

Sintomatología

  1. Dolor de garganta.
  2. Enrojecimiento e inflamación de las amígdalas.
  3. Dificultad para tragar (disfagia).
  4. Fiebre.
  5. Ganglios linfáticos inflamados en el cuello.
  6. Placas blancas o amarillas en las amígdalas.
  7. Dolor de oído referido.
  8. Ronquera o cambios en la voz.
  9. Fatiga o malestar general.

¿Cómo se diagnostica la amigdalitis?

La amigdalitis se diagnostica mediante un examen físico en el que el médico evalúa la garganta para observar el enrojecimiento, la inflamación de las amígdalas y la presencia de placas o secreciones. También se palpan los ganglios linfáticos del cuello para detectar sensibilidad o aumento de tamaño. Síntomas Tratamiento Amigdalitis.

¿Cómo se trata la amigdalitis?

El tratamiento de la amigdalitis depende de su causa. Si es de origen viral, generalmente se enfoca en aliviar los síntomas mediante analgésicos, antipiréticos y medidas como reposo, hidratación adecuada y gárgaras con agua tibia y sal. En estos casos, la infección suele resolverse por sí sola en unos días. Para la amigdalitis de origen bacteriano, causada comúnmente por el estreptococo, se recetan antibióticos, siendo la penicilina uno de los más utilizados, para eliminar la infección y prevenir complicaciones.

En casos de amigdalitis recurrente o crónica, donde los episodios afectan significativamente la calidad de vida del paciente, el médico puede recomendar una amigdalectomía, que es la extracción quirúrgica de las amígdalas. Este procedimiento también se considera en casos de complicaciones como abscesos periamigdalinos o dificultad respiratoria. El seguimiento médico es esencial para garantizar una recuperación adecuada y prevenir futuras complicaciones.